
Este post lo comencè hace varios dìas:
Nos da un inmenso placer recibir elogios, que nos visiten,nos llamen, se interesen por nosotros, nos encanta sentirnos escuchados, comprendidos, mimados.... pero los afectos deberìan ser un intercambio càlido y no solo "dejarse querer", te espero porque estàs con muchas ocupaciones, me esperas a mi, asì, sencillamente,sin vueltas, con claridad... pero cuàndo nos subimos a un trono y vemos al otro desde allì ¿què nos sucede? por què no hacemos que la relaciòn sea fluida, de ida y vuelta? nos sentimos superiores? les hacemos el favor de dejarlos venir y querernos? egoismo? comodidad? ...indiferencia?
Y el que visita,llama, da, mima, escucha, elogia...no busca un premio pero necesita un gesto, ante tanto silencio se va desgastando y un dìa dice ¡basta! deja de hacer, se aleja, te olvida, la indiferencia mata....mata sentimientos, recuerdalo, meditalo.
...la indiferencia es un error de la mente y conduce a la insensibilidad, la anestesia afectiva, la frialdad emocional y el insano despego psíquico...
La indiferencia, es una actitud de insensibilidad y puede, intensificada, conducir a la alienación de uno mismo y la paralización de las más hermosas potencias de crecimiento interior y autorrealización. La indiferencia endurece psicológicamente, impide la identificación con las cuitas ajenas, frustra las potencialidades de afecto y compasión, acoraza el yo e invita al aislacionismo interior, por mucho que la persona en lo exterior resulte muy sociable o incluso simpática. Hay buen número de personas que impregnan sus relaciones de empatía y encanto y, empero, son totalmente indiferentes en sus sentimientos hacia los demás...
Me pareciò interesante, como para pensarlo...