domingo, 4 de agosto de 2013

No se ve sino con el corazón



Lo esencial es invisible a los ojos...



El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea importante.



- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro.
– Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad ! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.
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CUANTOS DETALLES PARA TENER EN CUENTA