martes, 17 de diciembre de 2013

Tiempo y silencio, Cesarea Evora y Pedro Guerra


El gusano trepó y trepó hasta llegar a la cima de un arbusto,
sintió que era poderoso y podría controlar el mundo.
Sintiendose rey pretendió imponer con rigor normas descabelladas.
Hizo a su antojo por un tiempo,maltrató a los demas,
hasta que al fin, alguien fumigó el jardín.
Los gusanos miserables  pierden de vista las maravillas del mundo.
Y terminan sus días retorciendose de dolor.