
De la opera SAPHO de Gounod
en la maravillosa voz de esta mezzosoprano lituana
que me tiene encantada
Elina Garanga
Disfruten
¡Oh mi lira inmortal,
que en los tristes días
fiel a mis manos
fuiste siempre su consuelo!
En vano tu dulce murmullo
quiere ayudarme en mi sufrimiento,
no, no puedes curar
mi última herida;
Mi herida está en el corazón
Sólo la muerte puede terminar con mi dolor.
Adiós, antorcha del mundo,
desciendo al seno de las aguas,
Desciendo bajo las olas,
al descanso eterno.
El día que despunta,
Faón, lucirá para ti,
Pero, sin pensar en mí,
Volverás a ver la aurora.
Ábrete, amargo precipicio
voy a dormir para siempre en el mar.