miércoles, 5 de marzo de 2014

Cálice, Milton-Buarque

Padre, aparta de mi ese cáliz
Padre, aparta de mi ese cáliz
Padre, aparta de mi ese cáliz
De vino tinto de sangre


Cómo beber esa bebida amarga
Tragar el dolor, aguantar el trabajo
Aun callada la boca resta el pecho
Silencio en la ciudad no se escucha
De qué me sirve ser hijo de santa
Mejor seria ser hijo de la otra
Otra realidad menos muerta
Tanta mentira, tanta fuerza bruta

Qué difícil es despertar callado
Si el silencio de la noche me lastima
Quiero lanzar un grito deshumano
Que es una manera de ser escuchado
Todo ese silencio me aturde
Aturdido permanezco atento
En las gradas para en cualquier momento
Ver emerger el monstruo de la laguna

Padre, aparta de mi ese cáliz
Padre, aparta de mi ese cáliz
Padre, aparta de mi ese cáliz
De vino tinto de sangre

De muy gorda la puerca ya no anda
De muy usado el cuchillo ya no corta
Qué difícil es. padre. abrir la puerta
Esa palabra presa en la garganta
Esa curda homérica en el mundo
Para qué sirve tener buena voluntad
Aun callado el pecho resta la cabeza
De los borrachos del centro de la ciudad


Tal vez el mundo no sea pequeño
Ni sea la vida un hecho consumado
Quiero inventar mi propio pecado
Quiero morir en mi propio veneno
Quiero perder de una vez tu cabeza
Que mi cabeza pierda tu juicio
Quiero oler el humo de óleo diesel
Embriagarme hasta que alguien me olvide