Dulce Puccini,
nos desgarra de dolor y hace poesía
Un bello día veremos
Levantarse un hilo de humoen el extremo confín del mar.Y después aparece la nave.la nave es blanca.Entra en el puerto, truena su saludo.¿Ves? ¡Ya ha llegado!Yo no voy a su encuentro, yo no.Me ire a la cima de la colina, y esperaréy espero, mucho tiempo.Pero la larga espera no me pesaY, salido de entre la multitud de la ciudad,un hombre, un pequeño punto,sube por la colina.¿Quién será?, ¿quién será?Y cuando esté aquí,¿qué dirá?, ¿qué dirá?Llamará: - Butterfly- desde la distancia;yo sin responder.Estaré escondida.Un poco por broma,y un poco, por no morirnada más por vernos.Y él, el apenado,llamará, llamará;“Mujercita, fragancia de verbena”,los nombres que solía llamarme, al llegar a mi.Todo esto sucederá,te lo prometo.Ahuyenta tus temores,¡Yo con segura fe,... Lo espero!"