miércoles, 28 de marzo de 2012

Argentina, fahrenheit 451

"Hay más de una manera de quemar un libro. Y el mundo está lleno de gente corriendo con cerillos encendidos".
Ray Bradbury

Esta semana el anuncio sobre las limitaciones al libre ingreso e importación de productos editoriales instrumentadas por la Secretaría de Comercio Interior está en boca de todos.
La medida, como era de esperarse, causó gran revuelo en el mundo literario.
Uno de los primeros en pronunciarse sobre el tema fue el escritor y periodista argentina Hernán Casciari, creador del proyecto Orsai.
El periodista, que vivió durante años en España, afirma que se quedó sin respuesta cuando lo llamaron de una radio española para preguntarle "por qué los argentinos no pueden recibir publicaciones literarias extranjeras, revistas científicas, novelas y ensayos en sus domicilios particulares".
Así, se pregunta en su columna de Orsai: "¿Por qué los paquetes de DHL o de Fedex que adentro tienen libros o tienen publicaciones van a quedar confiscados en un aeropuerto? ¿Por qué un científico tucumano que está suscrito a la revista Nature tendrá que viajar, cada mes, mil doscientos kilómetros para retirar su ejemplar de Ezeiza?".
Por su parte, el escritor Pablo Toledo, editor de Cultura y Espectáculos del Buenos Aires Herald y docente de inglés, tiene una opinión contundente: "La restricción de cualquier forma la circulación de discursos, de ideas, de obras y objetos culturales es una de las pocas cosas en este mundo de las que no me cabe la menor duda que está mal".
Para Toledo, el cierre de la frontera es "dar un paso importante hacia el oscurantismo" y, en última instancia, "hacia el totalitarismo".
Desde Buenos Aires, capital mundial del libro.......
Es indignante, no agrego más