Femenina...

Respirò profundamente, se incorporò y fuè en busca del bolso de los cosmèticos, eligiò una base distinta translucida pero con un tono natural que ocultarìa ese color màs pàlido del habitual, agregò un poco de rubor a las mejillas, cada movimiento era lento, suave, pensado... Daba un paso atràs, se miraba, volvìa pasaba un pañuelo de papel, cubrìa nuevamente con delicadeza.
La gran dificultad estaba en la mirada,eran sus ojos màs esa... no era su mirada.
Los bellos ojos habìan quedado desnudos, sin marco, sin brillo, eran solo el reflejo de el enorme dolor causado por tanto despojo.
Buscò en el bolso y delineò suavemente el contorno, iluminò aquì,oscureciò allà, marcò una cierta profundidad, le llevò tiempo hasta que logrò que la imagen que devolvìa el espejo fuera natural, fresca, elegante, solamente las mujeres podemos valorar en su justa medida todo el esfuerzo que implica arreglarse sin verse recargada o artificial.
Terminò de vestirse, se viò de cuerpo entero, jamàs serìa igual sin embargo se sintiò conforme, acomodarse y salir le llevaba un par de horas empero le devolvìan un poco de la autoestima perdida.
Hizo un paseo delicioso, disfrutò cada segundo, comprò una blusa, una flores hermosas, tomò un cafè en su confiterìa favorita y regresò alegre, sonriendo sinceramente.
Al entrar en su casa sonaba el telèfono,alguien que conocìa comenzò la conversaciòn diciendole que la habìa visto muy delgada, si era por la enfermedad... Ella sintìo que se desintegraba.